La presencia de quistes maxilares suele ser motivo de alarma entre los pacientes que acuden a nuestra clínica, algo perfectamente entendible. Sin embargo, un alto porcentaje de esos procesos tumorales que se dan en el territorio maxilofacial son benignos.
Con esto no queremos quitar importancia a los quistes maxilares, todo lo contrario, ya que estos pueden tener orígenes muy distintos y comportamientos clínicos muy diversos. Ante la aparición de uno, se debe acudir siempre a una clínica especializada para recibir un diagnóstico certero lo antes posible. Además, aprovechamos para recordarte que existe una clasificación oficial de quistes maxilares elaborada por la OMS en 1992. Analizarlos es el primer paso para saber de qué tipo de quiste se trata y abordarlo adecuadamente.
Clasificación de los quistes maxilares.
Como te decíamos, la adecuada exploración clínica y radiográfica de un médico maxilofacial es el primer paso para obtener un diagnóstico que ponga nombre al quiste maxilar que padeces. El tamaño de la lesión, las estructuras anatómicas vecinas o la evolución del quiste dictaminarán de qué quiste se trata y cuál es el tratamiento correcto.
¿Quieres saber qué tipos de quistes maxilares son los más habituales?
1.- Quiste gingival de adulto (QGA)
En la mayoría de ocasiones, este quiste se localiza en la mandíbula, concretamente en la zona vestibular de caninos y premolares. Se caracteriza por causar una hinchazón gingival de forma oval con contenido líquido. Normalmente, afecta a la encía o a la mucosa, pero no al hueso, de tal forma que no suele peligrar la pieza dental junto a la que se forma.
2.- Quiste dentígero o folicular (QD)
Este quiste se origina en el tejido que rodea a un diente que está erupcionando, de hecho es muy frecuente que aparezca en torno a las muelas del juicio. Adquieren la forma de una lesión unilocular, bien definida y asintomática (excepto cuando alcanza un tamaño considerable que causa molestias). Se asocia a la corona de los dientes no erupcionados y, clínicamente, se puede expandir y afectar al hueso cortical hasta el punto de provocar desplazamiento de los gérmenes y la reabsorción radicular de los dientes adyacentes.
3.- Quiste de erupción (QE)
Este quiste, similar al anterior, puede definirse como una lesión en el tejido blando que rodea a un diente que está erupcionando. Se produce dentro de la mucosa que recubre al diente que está a punto de salir, provocando una alteración en la erupción. Como imaginarás, este quiste maxilar lo padecen niños y adolescentes, y raramente adultos.
4.- Quiste periodontal lateral (QPL)
Aunque aparece en la clasificación de los quistes maxilares de la OMS de 1992, se trata de una lesión menos frecuente y también asintomática. Aparecen adheridos a la raíz de un diente erupcionado y aunque crecen lentamente, se pueden volver molestos.
5.- Quiste odontogénico glandular (QOG)
Se trata de una lesión quística de los maxilares muy poco frecuente, localizada normalmente en la mandíbula. El crecimiento de estos quistes suele ser lento, pero el problema es que muchos vuelven a aparecer una vez extirpados. Además, según crecen, estos quistes se vuelven más molestos y agresivos, causando dolor y pudiendo llegar a destruir el hueso. Pocas veces estos tumores se reducen o desaparecen por sí mismos y, por lo general, requieren tratamiento quirúrgico.
6.- Queratoquiste
El queratoquiste o quiste primordial es una lesión benigna, pero localmente agresiva. También se denomina tumor odontogénico queratoquístico por su evolución similar a la de un tumor que reaparece después de una intervención quirúrgica. Si bien este quiste crece lentamente, aun así puede resultar destructivo para la mandíbula y los dientes si no se trata a tiempo.
De todo esto, nos gustaría que te quedaras con la idea de que, ante la aparición de un quiste en la zona maxilar, debes acudir a tu centro dental para que lo evalúen. En nuestra clínica contamos con el mejor cirujano maxilofacial en Barcelona que te podrá intervenir en el caso de que sea necesario para erradicar el quiste.
